domingo, 24 de enero de 2010

C´est la vie: una historia de putas.

Ellas son conocidas como las 24 de septiembre. Su perfume es tan vacío que tiene el gusto de la calle de periferia. No buscan amor, sólo plata, no sexo.

Podemos hablar de guapas tucumanas, bolivianas, peruanas, paraguayas. Me senté a charlar con Pamela y no pude concentrarme porque sus piernas estaban abiertas de par en par. Me distraje todo el tiempo por su actitud tan abierta al mundo, a un mundo oscuro tal cual lo describía su posición. Ella tiene 27 años y no terminó la secundaria, no quiero relatar esto como una crónica de un diario sobre las putas. Estábamos charlando en la vereda cuando de repente se paró un auto y nos preguntó cuánto. Yo respondí "Sólo una coca zero" y me reí. Ella me dijo "Mirá", y moviendo su cuerpo voluptuoso se acercó a la ventanilla y no sé que les dijo que se fueron.

No hablamos sobre sexo, ni de por qué se prostituía, ni de drogas. Nos sacamos fotos, hablamos de Charly García, de rock, de libros, de Anteojitos y Patoruzú, que le gustaba tanto a su padre. No pudo faltar en la charla el amor. Me contó de un hermoso francés que la quiso llevar con ella a LA France y al que ella le dijo "C´est la vie". Le pregunté cómo sabía esa frase y me respondió "De una película, de una película sobre historias de putas".

"Maria, c´est la vie", me dijo.¿ Qué me habrá querido decir?, y yo le respondí, mirándola a los ojos, "Así es la vida". Creo que nos entendimos, cada una con su historia, cada una con su historia…